25/8/08

Yawar Fiesta

Yawar fiesta

Luis Ramírez León
Investigador del Museo Nacional
de la Cultura Peruana, INC


En los pueblitos o comunidades surge una tauromaquia popular mestiza, conocida como Yawar Fiesta (Fiesta de Sangre) o torupukllay (juego del toro) en la que es frecuente colocar un cóndor, atado por las garras, en la espalda del toro más fuerte y bravo; los comuneros son los capeadores con sus ponchos o mantas.
Este tipo de corrida se debió haber configurado en el centro y sur andino (Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Cusco y parte de Arequipa) hacia fines del siglo XVIII e inicios del XIX, y con el influjo de las luchas emancipatorias del yugo español debió consolidarse, pues el cóndor, símbolo sagrado indígena, se impone al toro, propio de la cultura hispana.
Por ello se instauró mayormente como celebración de la Independencia del Perú.La realización del Yawar Fiesta implica una serie de rituales. Uno de ellos es la captura del cóndor en las punas. El mayordomo encargado compromete a un experto, quien después de pedir permiso con ofrendas a los awkis o wamanis (cerros protectores) caza el cóndor y lo conduce al pueblo con todos los honores. El toro que llevará al cóndor en su espalda debe ser vigoroso, ágil y bravo, así como el salvaje y fiero Misitu que Arguedas exalta en su novela Yawar Fiesta. La corrida culmina cuando se libera a ambos animales.
Se considera un mal presagio si el cóndor muere durante la fiesta. Esa escena es la que Julio Gálvez ha tallado magistralmente en su obra Yawar Fiesta. El conjunto muestra a un robusto y dinámico toro que, tras arrollar a un campesino, se dispone a cornear a una campesina ebria. Detrás y en sentido contrario, sobre brioso caballo, un jinete morochuco evade elegantemente al toro. A la izquierda, un par de músicos de wakawaqra interpretan tonadas taurinas y a la derecha, una mujer lamenta la suerte del indio caído.
La obra muestra un realismo vibrante y, como en los tiempos virreinales, ha sido policromada vivamente con resaltes de pan de oro. El escultor, con más de 50 años de experiencia en el oficio, ha recuperado las técnicas de antaño y utiliza piedra de la cantera de Chacolla. Para esta obra se inspiró en una de las corridas que se realizan en las comunidades de Cangallo, donde la intrepidez es propia también de las mujeres.
El cóndor como nexo y símbolo de la deidad Sol domina al toro, entonces el Sol desciende sobre la Pachamama a
través de ambos, es decir, el toro se convierte en el instrumento letal para coger a los sacrificados entre los campesinos capeadores, con cuya sangre el Sol alimenta y fecunda a la Pachamama. El Yawar Fiesta es al mismo tiempo expresión de sacrificio, sea por la libertad desde el punto de vista político, y de fecundación de la naturaleza desde el punto de vista de la religiosidad.
Pieza del mes del Museo Nacional de la Cultura Peruana: abril 2008



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